miércoles, 29 de diciembre de 2010

¿Quiién es el dueño dell movimiiento ecologiista? =La Maffiia Verde IV

Luego viene el Genocidio
En 1989, el presidente de Egipto, hosni Mubarak
estimó que 500 millones de personas del Tercer Mundo
murieron de hambre en la década de los 80´s. los cálculos
actuales de la UNICEF son que 40,000 niños menores de
cinco años mueren de hambre cada día. La mayoría de
estas muertes puede ser atribuida directamente o
indirectamente a la falta de servicios y aparthieid
tecnológico, políticas que impiden que las tecnologías
modernas(plantas de tratamiento de agua, energía nuclear,
refrigeración, agricultura mecanizada, pesticidas y
fertilizantes) puedan ser usadas en los países del tercer
Mundo. Estas políticas, que fueron consideradas
colonialistas en décadas pasadas, son propulsadas ahora
por los grupos ecologistas de las naciones industrializadas
con el pretexto de salvar a la Tierra de la contaminación.
Muchos ecologistas no tienen la menor idea de las
consecuencias que su sistema de creencias tienen sobre los
pueblos del Tercer Mundo, pero está muy claro que,
aquellos que están en la parte superior del movimiento
ecologista están muy concientes de su abocamiento a
políticas que, en última instancia matarán gente. Nosotros
sabemos que ese es el caso, ya que los hacedores de
políticas ecologistas así lo expresan públicamente. No se
trata de que simplemente, la prohibición de los CFC´s
matará gente y que los propagandistas de la disminución
del ozono en el World Wildlife Found, el Club de Roma,
el Populación Crisis Comité del Draper Fund y otras
organizaciones de élite, ¡quieren que muera gente! La
despoblación es el motivo por el cual fue diseñado el
fraude con historias de inminentes catástrofes, estos
fabricantes de políticas intentan justificar la adopción de
severas medidas que restringirían el crecimiento
económico y poblacional. El agujero del Ozono es sólo
una de otras tantas historias de miedo.
El 24 de julio de 1980, el departamento de Estado
de los Estados Unidos reveló el Informe Global 2000 al
presidente. Había estado en preparación por el Consejo en
Calidad Ambiental de la Casa Blanca y el Departamento
de Estado, usando una multitud de empleados del gobierno
y cientos de consultores externos, desde los primeros días
del gobierno de Carter una administración dominada por
miembros de élite de la Comisión Trilateral de David
Rockefeller. El informe rea una propuesta a largo alcance
para que el “control poblacional” -un eufemismo por matar
gente- se convirtiera en la piedra angular de las políticas de
todos los presidentes de los Estados Unidos desde entonces
y hasta hoy.
Impregnando el informe y diversos documentos
adjuntos, se hallaban tétricas predicciones: crisis en
reservas de agua, severas de agua, severas restricciones de
energía, escasez de vitales materias primas estratégicas –
todo culpa del “crecimiento poblacional”. El informe
argumentaba que, sin medidas para contrarrestar esto, pero
el año 2000 habría entre 2000 y 4000 millones de personas
de más.
En consecuencia, el informe requería que el
gobierno implícitamente dirigiese sus políticas internas y
externas en dirección de la eliminación de 2000 a 4000
millones de personas para el año 2000. Las razones para
proponer un crimen de tal magnitud es la simple –y
totalmente equivocada- ideología Maltusiana que declama
que el crecimiento poblacional inherentemente acaba con
los recursos naturales, y que existen, en consecuencia,
“límites para el crecimiento”, como insiste el Club de
Roma.
En el mundo real de la producción humana de
medios de subsistencia, no existe correlación alguna entre
“recursos naturales” y potencia de población humana, por
la simple razón que los recursos no son realmente
“naturales”. Los recursos para la existencia humana están
definidos por la ciencia y tecnología que devienen nuevos
conjuntos de “recursos” par las sociedades que se
aprovechan de tales progresos. Por ejemplo, el petróleo
estaba ahí “naturalmente”, pero no existió como “recurso”
para la humanidad hasta que la tecnología –motores de
combustión interna y demás usos- existió para convertirlo
en un recurso. Antes de eso (hasta fines del siglo pasado),
sólo era un lodo negro que normalmente significaba la
ruina de los campos de cultivo.
Esto significa dos cosas. Primero; no existe un
límite para el crecimiento. Solamente existen límites
dentro del confín de un conjunto de tecnologías que fuesen
detenidas en seco, no podría haber jamás un límite
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absoluto de los recursos para la supervivencia humana. No
puede existir tal cosa como la “sobrepoblación absoluta”
de la especie humana.
Segundo: si las modernas capacidades agrícolas e
industriales, -aún como existen en los países
industrializados de hoy- fuesen difundidas en el Tercer
Mundo, descubriríamos que no solamente disponemos de
abundantes recursos para niveles de población proyectados
para el año 2000, sino que también se descubriría que
tenemos muy poca gente para operar las modernas
facilidades agroindustriales a su capacidad óptima. Si
tomásemos en cuenta los avances tecnológicos a la vista,
descubriríamos que la sub-población es el principal
problema que enfrentamos.
Sin embargo, el Informe Global 2000 no
contempla ninguna difusión de los avances
agroindustriales para los países del Tercer Mundo. En vez
de ello, supone que al Tercer Mundo le serán negadas aún
las actuales formas de tecnologías disponibles. Además,
presupone que habrá progreso, más allá de los arsenales
tecnológicos y científicos existentes. Los pronósticos de
sobrepoblación siguen de manera prolija estas
suposiciones: El informe supone que la ciencia y la
tecnología se han visto forzadas a llegar a una detención,
para asegurarse de que para el año 2000 existan los 2000 a
4000 millones de seres humanos más de los que la
economía mundial puede sostener. El informe se cuida de
señalar que, si la ciencia y la tecnología no fuesen forzadas
a detenerse, la población del mundo tendría perspectivas
mucho más brillantes. En otras palabras, el Informe Global
2000 es simplemente un enunciado recomendando
políticas para genocidio, y no un pronóstico científico en
absoluto. Revela, de una manera excelente, los objetivos
despoblacionales de los que están por detrás del fraude de
la disminución del ozono.
Para la época en que se publicó el Informe Global
2000, secciones enteras del gobierno de los Estados
Unidos existían únicamente para implementar sus
recomendaciones: la despoblación. Nuevamente debe
hacerse énfasis sobre el rol de Richard Elliot Benedick,
que negoció el Tratado de Montreal para Estados Unidos.
Benedick, pasó la mayor parte de su carrera gubernamental
como jefe de la Oficina de Población del Departamento de
Estado, promoviendo políticas destinadas a la reducción de
la población mundial. Si los lectores escépticos piensan
que exageramos, escuchen a Thomas Ferguson, un colega
de Benedick y cabeza del escritorio Latinoamericano en la
Oficina de Asuntos Poblacionales del departamento de
Benedick. Ferguson hizo estos comentarios sobre la
política del Departamento de Estado relativos a la guerra
civil en la república de El Salvador(según informado por el
Executive Intelligence Review en 1981, p.43):
“..una vez que la población está fuera de control, requiere
de gobiernos autoritarios, aun fascismo, para reducirla.
Los profesionales no están interesados en reducir las
poblaciones, por razones humanitarias. En El Salvador,
no hay lugar para esta clase de gente. Punto. Ningún
lugar.”
“Fíjense en Vietnam. Nosotros estudiamos la cosa. Esa
área estaba también sobre poblada y era un problema.
Pensamos que la guerra reduciría los índices de
población, y nos equivocamos, para realmente reducir a la
población con rapidez, se debe llevar a todos los varones
a la batalla y se debe matar un significativo número de
mujeres en edad fértil. Usted sabe, mientras se tenga un
elevado número de mujeres fértiles, se tendrá un
problema… En El Salvador, se está matando un pequeño
número de varones y no la cantidad suficiente de mujeres
para hacer un trabajo efectivo sobre la población. La
manera más rápida de reducir la población es a través de
hambre, como en África, o a través de enfermedades,
como en la Peste Negra. Lo que podría suceder en El
Salvador es que la guerra podría perturbar la distribución
de comida. La población podría debilitarse, y podríamos
tener enfermedades y hambrunas. Se podría, entonces,
crear una rápida tendencia declinante de los índices de
población… pero, de otra manera, la gente se reproduce
como animales.”
El nivel de la depravación moral de Ferguson no
es único entre los hacedores de políticas del gobierno.
Escuchen a William Paddock, un consejero del
Departamento de Estado durante las gestiones de Henry
Kissinger y Cyrus Vance. En la primavera de 1981,
Paddock dijo en un seminario de la Universidad de
Georgetown, que habría que eliminar a 3.5 millones de los
4 millones de habitantes de El Salvador, y que esto se
podría conseguir “si se mantuviesen constantes los
disturbios y la guerra civil, que es la única solución para el
problema de la sobrepoblación.”
Paddock siguió diciendo: “Los Estados Unidos
deberían apoyar a las actuales dictaduras militares, porque
eso es lo que se requiere… pero deberíamos también abrir
contactos con la oposición, porque ellos llegarán
eventualmente al poder. Cuando hagamos eso, deberemos
llevarlos también al poder. Eso es lo que nuestra política
es, esa es la que debe ser… un ciclo sin fin.”
No es por accidente que los mismo ecologistas en la lista
de consultores del Informe Global 2000 estén actualmente
en la lista de patrocinadores de la prohibición de los
CFC´s. Tampoco es por accidente que la prohibición de los
CFC´s va a matar gente.
Se alienta a los lectores a que busquen y lean por
sí mismos las documentaciones oficiales del gobierno de
Estados Unidos. Por ejemplo, un documento secreto
recientemente desclasificado, escrito por los Consejeros de
Seguridad Nacional, Brent Scowcroft y Henry Kissinger
en 1974, llamado “Memorando de Estudio de Seguridad
Nacional 200: Implicaciones del Crecimiento Mundial de
Población para la Seguridad e Intereses en el Extranjero de
los Estados Unidos” declara que el crecimiento de
población en los países en desarrollo es “una amenaza para
la Seguridad Nacional de los Estados Unidos y, en
consecuencia debe cercenarse, como materia de política
exterior de los Estados Unidos.” Bajo la rúbrica de este
documento, los Estados Unidos han actuado
internacionalmente para cortar el crecimiento y tamaño
global de los pueblos de piel más oscuras del Tercer
Mundo –una explicita política racista.*
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