miércoles, 29 de diciembre de 2010

¿Quiién es el dueño dell movimiiento ecologiista? La Maffiia Verde I





Este es el capitulo 10 del libro “Hole in the ozono scare”,La estrecha colaboración del movimiento
ecologista con los gigantes de la industria química, en su
esfuerzo para prohibir los CFC´s trae a primer plano el
tema fundamental que veremos en este capítulo. Será un
fuere shock para muchos lectores, pero el hecho es que el
movimiento ecologista fue creado y está hasta el día de
hoy financiado y dirigido por las principales familias
aristocráticas de los Estados Unidos y Europa,
especialmente Gran Bretaña.
Esta es una de las afirmaciones más controvertida
de este libro, pero irónicamente, es la más fácil de probar.
Todo lo que uno tiene que hacer es rastrear el origen del
dinero que financia al movimiento ecologista. El concepto
que es difícil de transmitir es la naturaleza del ecologismo
en sí. El problema básico es que ecologismo no es una
definición rigurosa de nada. Encuestas recientes indican
que más del 90% de la población norteamericana se
consideran en sí mismos “ecologistas”. Sin embargo, cada
una de las propuestas ecologistas sometidas a votación
popular fueron ampliamente derrotadas.
¿Por qué la contradicción? La respuesta está en las
preguntas hechas por la encuesta - cuestiones que
normalmente no son informadas por la prensa. Por
ejemplo, cuando se le preguntó a la gente si les gustaban
los árboles, los espacios abiertos, las montañas y la vida
silvestre; y si se oponen a los tiraderos de basura tóxica,
más del 90% respondió afirmativamente. ¿Por qué no?
Sólo un desequilibrado se opondría a la belleza de la
naturaleza. Únicamente aquellos que realmente gozan de
esos espacios desperdiciados conocidos como playas de
estacionamiento, shopping centres, y su igualmente
horrible arquitectura moderna, contestarían de manera
negativa.
Sin embargo, cuando a los encuestados se les
pregunta si creen que el hombre es la fuente de toda la
maldad y, si para preservar a la naturaleza apoyarían los
abortos y esterilizaciones obligatorios para controlar a la
población, junto con la eliminación de los automóviles,
electricidad, duchas calientes, implementos sanitarios,
refrigeración, bifes, fertilizantes, pesticidas e insecticidas,
la respuesta es una sólida patada en el trasero. Allí es
donde reside la inherente contradicción del término
“ecologista”.
El problema es exacerbado por el hecho que la
mayoría de los miembros de los principales grupos
ecologistas apoyan al primer conjunto de creencias, pero
están decididamente en contra del segundo grupo de
creencias. Al mismo tiempo, los dirigentes de esos grupos
son partidarios fanáticos del segundo conjunto de
creencias(mientras no tengan que dejar de usar su auto). El
hecho es que la mayoría de los que se consideran
ecologistas son amables y morales seres humanos que se
horrorizarían si supiesen qué es lo que están apoyando en
realidad.
Intentaremos desenmascarar la naturaleza de este
engaño. A falta de otro término, llamaremos ecologismo al
conjunto de creencias que considera que el problema “es la
gente”; que los animales e insectos son más importantes
que los seres humanos; que la población del mundo –
especialmente la gente de piel más oscura- debe ser
drásticamente reducida a lo que se llama,
eufemísticamente, niveles “sustentables”.
Hace veinticinco años, aquellos que creían que
Madre Naturaleza viene primero y que Humanidad está en
segundo lugar, eran parte de un reducido grupo
considerado extremista por la mayoría de los
norteamericanos. Estos ecologistas eran vistos
mayormente al frente de las demostraciones callejeras
antinucleares, donde el humo de la marihuana flotaba
alrededor de carteles y postres de “Volver a la Naturaleza”.
Hoy, sin embargo, lo que era ideología ecológica
extremista se ha transformado en la corriente principal,
impregnando a las instituciones americanas a todo nivel,
desde directorios de corporaciones hasta la Reserva
Federal, el Congreso, la Casa Blanca, las iglesias, los
hogares y escuelas.
El folklore de las publicaciones del movimiento
ecologista afirma que el movimiento emergió de las
entrañas del pueblo. La verdad, sin embargo, es que la
financiación y los lineamientos políticos provienen de las
instituciones más prestigiosas del Establishment Liberal
del este norteamericano, centrado alrededor del New York
Council for Foreign Relations(Consejo de Relaciones
Exteriores de Nueva York), e incluyen a la Comisión
Trilateral, al instituto Aspen y una pléyade de fundaciones
familiares. Estas fundaciones e institutos son los medios
para la formación e implementación de políticas de lo que
se conoce como el Establishment del este. Están regidos en
su mayoría por los miembros de las élites americanas de
sangre azul.
Durante los últimos 25 años, estas fundaciones han
vertido cientos de millones de dólares cada año en
campañas anti industria, ecologistas y de control de la
población de cientos de grupos de “interés público”. Miles
de millones adicionales se han gastado en auspiciar
departamentos de universidades de “estudios ambientales”,
que hoy provee de miles de ecologistas profesionales cada
año. Muchos de estos ecologistas profesionales actúan en
base a una ideología política, y no en la ciencia dura.
Esta red de fundaciones creó al ecologismo,
llevándolo de ser un pequeño moviendo radical a un
masivo movimiento para apoyar la institucionalización de
las políticas de anti-ciencia y no- crecimiento a todo nivel
del gobierno y de la vida pública. Como lo prescribe la
serie de libros “Proyectos de los 80” del Consejo de
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Relaciones Exteriores, él ha sido usado en contra de
la economía de Estados Unidos, y en, contra de
blancos tales como agricultura de alta tecnología y la
industria nuclear. En su aspecto exterior, este
movimiento es fundamentalmente una religión verde
pagana. A menos de que sea derrotada, destruirá no
sólo a la economía, sino también a la cultura Judeo-
Cristiana de los Estados Unidos, y de hecho, ha
llegado peligrosamente cerca de cumplir su objetivo.
La inmensa riqueza de los grupos
ecologistas puede resultar una sorpresa para la
mayoría de los lectores que creen que estos grupos
son de “interés público” o “sin fines de lucro” que
realizan grandes sacrificios para salvar a la Tierra de
un sombrío Apocalipsis causada por las actividades
humanas. En realidad, el movimiento ecologista es
hoy uno de los más poderosos y lucrativos negocios
de todo el mundo.

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